Veloces golondrinas
grises tardes
huelo el aliento del viento
y siento el crujir de las nubes negras
la niebla cubre cada rincón
silban las cigarras
en la embriaguez de mis eneros
siento la tristeza en el crepúsculo
madrugadas tibias en donde
se despiertan los mendigos
no siempre estoy feliz
zurcir una vida rota
cuando las arrugas no avisan
la soledad recoje todo
se duerme mi piel de poesía
en los pétalos resecos
algún día recojeré risas de colores
y margaritas amarillas.
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